La salud emocional, si bien es un término que siempre ha existido, en la actualidad se ha convertido en un tema relevante. La medida que una persona mejora su salud emocional, aumentará su habilidad en desarrollarse de una manera adecuada en su vida profesional y personal, así como su habilidad de relacionarse con otras personas.
Una persona con buena salud emocional reacciona de forma adecuada y controlada ante eventos
profundos de naturaleza sentimental. Por lo general son personas positivas, no reaccionan jamás de manera
violenta, respetan los valores y dejan que sus sentimientos fluyan.
Una persona con mala salud emocional, frecuentemente no sabe cómo manejar situaciones complicadas, se deja
llevar por la ira o el llanto, se comportan de forma agresiva o violenta, o en otros casos se deprimen con
facilidad o tienen pensamientos suicidas.
La mejor forma de saber cuándo alguien no goza de salud emocional es a través de sus reacciones fuera de
proporción o que no están en concordancia con la situación.